Tu dentista te puede ayudar a dejar de fumar

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La consulta con el dentista ofrece una excelente oportunidad para dejar de fumar


El trato directo con el paciente y la periodicidad con la que se realizan las visitas/tratamientos sitúan al dentista en una posición ideal para ayudarle a dejar de fumar y mejorar su salud. 


El vínculo entre el hábito de fumar y la salud es incuestionable, tal y como reflejan los datos de la Organización Mundial de la Salud. Este organismo revela que, cada año, se producen más de 8 millones de muertes relacionadas con el tabaquismo, una cifra que en España alcanza las 50.000 personas.

Entre las numerosas enfermedades asociadas directamente al tabaco se encuentra el cáncer oral, cuyo riesgo se multiplica por tres en el caso de los fumadores, tal y como apunta el Consejo General de Dentistas de España.

Nexo nicotina-salud bucodental


El tabaco contiene agentes cancerígenos (nitrosaminas, hidrocarburos aromáticos policíclicos y metales pesados) y favorece la formación de radicales libres que alteran ciertas enzimas oxidativas implicadas en el desarrollo del cáncer oral. 

Pero, aunque este tumor es la patología más grave, no es el único problema que el tabaco produce en la salud bucodental: 
  • Halitosis (mal aliento): fumar altera la composición de la flora bacteriana oral, lo que da lugar al llamado “mal aliento del fumador”, que tiene la peculiaridad de que no es auto-percibido, ya que sus mucosas están acostumbradas a él.
  • Enfermedad periodontal: el tabaco está asociado a la aparición de enfermedades en las encías, aumentando hasta en 7 veces el riesgo de sufrir enfermedad periodontal.
  • Retraso de la cicatrización de heridas en la boca: el hábito tabáquico favorece las infecciones y dificulta la llegada de oxígeno, lo que a su vez ralentiza el proceso de cicatrización.
  • Manchas dentales: la nicotina “tiñe” los dientes, provoca la aparición de manchas en las encías e, incluso, en las prótesis dentales.
  • Fracaso de los implantes: el tabaco puede inflamar los tejidos que rodean el implante, condicionando su duración. 
  • Otros efectos: como consecuencia del consumo habitual de tabaco, aumenta el dolor tras las extracciones dentales. También disminuye la percepción de sabores y olores, que por otra parte se recupera rápidamente al dejar de fumar. Y se altera la composición de la saliva, ya que favorece que las partículas de la comida y la bebida permanezcan en la boca, aumentando el riesgo de caries y otros problemas dentales.
 

Dejar de fumar con ayuda del dentista


Se estima que del 70% de las personas que desean dejar de fumar, sólo un pequeño porcentaje (el 3%) lo consigue sin ayuda. También se sabe que una de las claves del éxito de la cesación tabáquica es contar con un abordaje multidisciplinar, y en este contexto, el dentista puede desempeñar un papel fundamental. 

Son muchas las razones que posicionan a este profesional en una situación óptima para ayudar a sus pacientes a tener éxito en su decisión de dejar de fumar: 
  • El odontólogo está perfectamente cualificado para reconocer los efectos nocivos del tabaco en la cavidad oral y conoce los beneficios reales que se obtienen al abandonar el consumo de tabaco.
  • Desde esta cualificación, dispone de razones y argumentos de peso para motivar, asesorar e interactuar con los pacientes fumadores que quieren dejar de fumar.
  • El hecho de que la atención que presta a los pacientes se realice a través de varias visitas periódicas permite establecer un contacto más cercano y proporciona muchas oportunidades para abordar el problema del tabaquismo.
  • Por la misma razón, en caso de que el paciente decida abandonar el hábito tabáquico, la consulta e implicación del dentista le ofrece la posibilidad de contar con un seguimiento del proceso y, también, con un refuerzo profesional de su decisión.
 

Cómo debe ser la intervención para dejar de fumar


El Grupo de Trabajo de Salud Bucal y Tabaco de la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA) señala que las intervenciones sobre el cese del tabaquismo durante la atención dental son tan efectivas como las que se realizan en cualquier otro escenario. Este grupo apunta cuáles son las líneas de actuación de los odontólogos a la hora de participar en el proceso de reducción del consumo de tabaco: 
  • Aconsejar: el dentista deja claros cuáles son los riesgos de fumar y los beneficios de abandonar este hábito, y proporciona consejos de vida saludable. Se trata de poner sobre la mesa el cese paulatino del consumo de tabaco y conseguir que el paciente desarrolle un deseo firme de abandonar el hábito.
  • Motivar: los dentistas utilizan herramientas de motivación como método para favorecer el abandono, junto a diferentes estrategias dirigidas a conseguir cambios de rutina, conducta y estilo de vida. 
  • Guiar: uno de los aspectos más beneficiosos de esta intervención es la ayuda que presta el dentista al marcar un objetivo concreto y unas líneas de actuación, ofreciendo al paciente una “hoja de ruta” que le facilita el abandono del hábito.
  • Empatizar: debido a que conoce al paciente, el odontólogo sabe sus circunstancias familiares y laborales, su situación socioeconómica y su estado emocional, factores que son determinantes para superar los obstáculos y dificultades que debe enfrentar en su intento de dejar de fumar.

Ejemplo de protocolo

La SEPA ha elaborado, conjuntamente con el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), una propuesta de protocolo para la cesación tabáquica en la consulta dental. Estas son algunas de las pautas recogidas en este documento:  
  • La estrategia de deshabituación debe diseñarse y planificarse de modo que “encaje” en las citas dentales pactadas. Se trata de optimizar espacio y tiempo.
  • La intervención debe ser breve (una duración máxima de 10 minutos).
  • El punto de partida es una entrevista inicial en la primera visita en la que se evalúa el perfil del fumador (cuántos cigarrillos fuma al día, años fumando, intentos previos de abandonar el hábito tabáquico…).
  • Es muy importante definir el tratamiento, esto es, marcar unos objetivos, unas líneas de actuación y determinar una fecha de cese del hábito tabáquico. 
  • El dentista realiza un seguimiento del cese y refuerza el cambio de hábito del paciente a través de mensajes (teléfono, WhatsApp, correo electrónico…).
  • Una vez el paciente ha dejado de fumar, hay que confirmar el cese, pues existe la posibilidad de recaídas, incluso tardías. De ahí la importancia de que, aunque el tratamiento dental haya concluido, el profesional le recuerde los beneficios del cese.
 

Qué le aporta al paciente


Estas son algunas de las ventajas que tiene para el paciente someterse a un plan de deshabituación en la consulta de odontología:
  • Un seguimiento pautado e individualizado, basado en la relación de confianza con el dentista.
  • Disponer de un asesoramiento sobre la mejor forma de dejar de fumar en función de las características personales. Si no se fuman más de 5 cigarrillos al día, la estrategia más efectiva es dejarlo “de golpe”. Pero si se superan los 15-25 cigarrillos, se suele necesitar la ayuda de tratamiento farmacológico y, en este caso, el dentista remite al paciente al especialista.
  • Tomar conciencia de forma realista de los hábitos de consumo: cuándo se fuma el primer cigarrillo del día, qué intervalo de tiempo hay entre un cigarrillo y otro, facilidad para dejar de fumar en ciertas circunstancias, como por ejemplo, al estar enfermo de gripe, etc.
  • Aprender a detectar y manejar las rutinas, circunstancias y/o los momentos del día más asociados al hábito de fumar.
  • Identificar miedos y expectativas que pueden motivar a seguir o, por el contrario, a retomar el consumo de tabaco.
  • Contar con un profesional de referencia al que acudir en caso de recaída en el hábito.


Bienestar a corto plazo

Una de las estrategias más efectivas que los expertos proponen para optimizar la cesación tabáquica desde la consulta del dentista es hacer hincapié y recordar los beneficios que se consiguen con ello. En el documento de consenso se propone ponerlos por escrito, de forma que el paciente los tenga siempre a mano. Muchos de ellos son perceptibles a muy corto plazo. Algunos de los más relevantes y motivadores para la salud general son:
  • Se experimenta una mayor capacidad para hacer ejercicio y actividades de todo tipo.
  • Aumenta en pocos días la capacidad pulmonar.
  • En caso de tener una infección de las vías respiratorias, la afectación es menor y con síntomas menos intensos, sobre todo en el caso de la tos.
  • Mejora el aspecto de la piel.
  • Se reduce la tensión arterial y mejoran las cifras de colesterol en poco tiempo.
  • Está demostrado que el riesgo de sufrir un infarto de miocardio disminuye pocos días después de dejar de fumar.
  • Se producen efectos positivos en la salud mental, ya que dejar de fumar puede reducir la ansiedad y mejorar los síntomas de depresión.
 

Los vapeadores, también perjudiciales para la salud


Otro aspecto en el que la intervención del odontólogo resulta clave es en la concienciación del riesgo que implica el uso de vapeadores o cigarrillos electrónicos, una opción por la que muchos fumadores se decantan para “sustituir” al tabaco. 

En este sentido, desde el Consejo General de Dentistas se recuerda que los estudios realizados hasta el momento muestran evidencias de que estos dispositivos también tienen consecuencias negativas para la salud. Los datos apuntan a su posible efecto en el aumento del riesgo de cáncer oral, así como un claro impacto en las enfermedades periodontales. 

Otro efecto negativo de vapear, sobre todo en los jóvenes, es que “invita” a caer en el consumo de tabaco convencional. 


 

 
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