Carillas dentales: semejanzas y diferencias entre las de cerámica y las de composite

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carillas dentales composite o ceramica

Las carillas son un tratamiento de odontología estética que permite corregir cualquier tipo de defecto o alteración en el color, tamaño o forma del diente. Entre sus ventajas destaca la de ser un procedimiento mínimamente invasivo que se realiza a la medida del paciente.

La colocación de carillas dentales es actualmente uno de los tratamientos de estética dental más populares y demandados, cuya finalidad es proporcionar un aspecto mucho más estético a la boca en general y a la parte frontal de los dientes en particular, haciendo que luzcan más armónicos, naturales y saludables. 

Se trata de una opción que permite diseñar la sonrisa “a medida”, en poco tiempo y en la consulta del dentista; es mínimamente invasiva, rápida e indolora; y ofrece unos resultados prácticamente inmediatos. 

Tal y como explican los expertos del Consejo General de Dentistas de España, las carillas estéticas dentales (también denominadas veneers) son piezas o láminas que se adhieren al diente mediante un cemento adhesivo especial que permite una fijación duradera en el tiempo. 

Solución a muchas necesidades

Las carillas tienen una finalidad fundamentalmente estética, ya que se usan para cambiar y/o corregir distintas alteraciones del aspecto de los dientes:

  • Recuperar el color natural de los dientes que han adquirido tonalidad gris, amarillenta, etc.
  • Ocultar las manchas dentales producidas por distintas causas (tabaco, ciertos fármacos, ingesta excesiva de café o té…).
  • Solucionar fracturas de la corona.
  • Restaurar dientes astillados.
  • Suavizar las huellas del bruxismo en los dientes.
  • Corregir alteraciones en la disposición de las piezas dentales.
  • Cerrar o rellenar espacios interdentales. 
  • Rejuvenecer los dientes y solucionar el desgaste asociado a la edad.

Fijación de las carillas


Se trata de láminas pequeñas y muy finas (de cerámica o de composite) de entre 0,8 y 1,5 milímetros de grosor que se ponen sobre la superficie de la cara externa del diente, “camuflando” de esta forma la pieza dental original.

De manera muy gráfica, desde la Oral Health Foundation se compara el proceso de adhesión de la carilla con la forma en que una uña postiza se coloca sobre otra natural. 

Lo más habitual es que las carillas se utilicen en los dientes anteriores de cada maxilar, es decir, los seis que están en la parte frontal de la boca, al lado de los molares.

Para fijar la carilla al diente se emplea un adhesivo especial y muy fuerte que, teniendo en cuenta el escaso grosor de estas láminas, asegura que éstas se mantengan en su lugar sin moverse ni desplazarse.

Pueden adherirse a uno o a varios dientes, en función de cada caso y del problema dental a reparar en cuestión. 

Cuando se trata de reparar un diente roto/astillado, la carilla cubre toda la parte frontal, y en su diseño se incluye una zona de mayor grosor para la parte que reemplaza la zona rota o deteriorada del diente.

En ocasiones, cuando un diente está “fuera de posición”, se puede recurrir a colocar sobre él una carilla para alinearlo con los demás.
 

Pros y contras de la cerámica y el composite

Los dos tipos de carillas estéticas más utilizados actualmente son las de cerámica o porcelana y las de composite o resina. Cada una de ellas tiene sus peculiaridades y la elección de una u otra por parte del dentista dependerá de cada caso particular, de las necesidades del paciente y del problema dental a solucionar: 

Carillas de cerámica:

  • Generalmente son la opción más utilizada
  • Por el material del que están hechas, tienen un aspecto muy similar al de los dientes naturales, proporcionando un resultado más estético.
  • Son muy resistentes y duraderas
  • Requieren una preparación previa del diente. 
  • No se elaboran en el acto, sino que hay que remitir los datos del paciente a un laboratorio dental, donde se diseñan a medida
  • Por todo lo anterior, su aplicación lleva más tiempo que el de las carillas de composite. 
  • Suelen necesitar menos tallado (desgaste) del esmalte que otras técnicas empleadas en estética dental, como es el caso de las coronas.
  • Son más caras que las de composite.

Carillas de composite:

  • Están elaboradas a partir de un material de resina, muy similar al que se utiliza en los empastes.
  • Se moldean directamente sobre el diente del paciente, en la clínica dental, ya que no necesitan la intervención del laboratorio.
  • Tienen la ventaja de que se pueden colocar en una única sesión
  • Generalmente se colocan sin tener que preparar previamente el diente
  • Son más económicas y fáciles de reparar.
  • Suelen requerir mantenimiento y mayor seguimiento por parte del dentista.
  • Al ser la resina un material poroso, es habitual que se manchen y se decoloren y/o cambien de color con el tiempo.


Diagnóstico e información 

De acuerdo con la información del Consejo General de Dentistas sobre este procedimiento, la colocación de carillas dentales es un tratamiento para el que son necesarias, al menos, dos visitas a la consulta odontológica

Lo habitual es que durante la primera visita el especialista estudie cada caso individual y, en base a aspectos como los rasgos faciales, el estado dental y las necesidades del paciente, haga un diagnóstico y determine cuál es la mejor opción en cada caso.

Después, se muestran al paciente las distintas tonalidades y resultados que se obtienen con este procedimiento, de forma que sea capaz de visualizar cómo será el acabado final de la colocación de las carillas.

El color de los dientes aledaños se contrasta con una guía de colores para así garantizar que el resultado de la colocación de las carillas sea completamente natural y homogéneo.


Preparación del diente

El siguiente paso es preparar el diente o los dientes sobre los que se van a colocar las carillas, lo que se suele hacer en la segunda consulta.

Sobre todo, en las carillas de porcelana, para garantizar la perfecta colocación y la adherencia permanente puede ser necesario un tallado o eliminación de la superficie exterior brillante del esmalte dental en una cantidad que, según se explica desde la Oral Health Foundation, es ínfima (similar al grosor de la carilla), asegurando así que el tamaño del diente no varíe.

Una vez completado el tallado, se toman impresiones o moldes a partir de los cuales se diseña la carilla de porcelana en el laboratorio. 

En el caso de las carillas de composite, se moldean directamente sobre el diente en el que van a ir colocadas. 
 

Adhesión de la carilla


Las carillas se adhieren al diente y se ajustan y sujetan firmemente a él mediante un producto adhesivo específico.
Por lo general, y en todas sus fases, el procedimiento es prácticamente indoloro, aunque en algunos casos se aplica un anestésico local para evitar posibles molestias.
Una vez colocada la carilla de porcelana, debido a lo firmemente que está adherida al diente, sólo es posible realizar sobre ella pequeños ajustes. Las posibilidades de retoque son mayores en las de composite.
 

¿Cuánto duran las carillas?


La duración de las carillas depende del material del que estén hechas: las de cerámica son por lo general más resistentes y, como media, suelen durar entre 10 y 15 años. Las de composite se mantienen en perfecto estado durante un periodo más corto que suele oscilar entre cinco y 10 años

Independientemente del tipo de carilla, tanto el estado que luzcan, como su durabilidad, están directamente relacionados con la calidad del tratamiento de estética dental y con los cuidados posteriores que asuma el paciente. 

Asimismo, y al igual que ocurre con los dientes propios, las carillas pueden astillarse o romperse. En las de composite pueden repararse pequeñas roturas o erosiones o, si el daño es más evidente, se puede optar por colocar unas carillas nuevas, mientras que en las de porcelana las posibilidades de reparación son mucho más limitadas.
 

Cómo cuidar las carillas

Los cuidados que necesitan los dientes con carillas son los habituales de la rutina bucodental, reforzando el cepillado al menos dos veces al día con pasta fluorada.
También es importante mantener la higiene interdental al menos una vez al día.

Se aconseja que el paciente se someta a controles periódicos que serán más frecuentes en el caso de las carillas de composite. El dentista comprobará en estas visitas el estado de las carillas, revisará las características finales y, en caso de que sea necesario, hará los pequeños ajustes o “pulidos” que permite esta técnica.
 

Qué hay que tener en cuenta

  • Por lo general, la carilla que se coloca durante el procedimiento es la definitiva, y no suele ser necesario recurrir a una carilla temporal o provisional.
  • Aunque el resultado que se obtiene con la carilla es un diente muy parecido al original, es normal que, sobre todo al principio, el paciente la note ligeramente más “áspera” respecto al resto de los dientes.
  • Es muy importante no olvidar que las carillas son una capa muy fina, por lo que hay que evitar morder objetos duros y determinados alimentos (pipas, mariscos…), especialmente en el caso de las de cerámica.  
  • Si bien se trata de una solución duradera, no es permanente y tampoco curativa, ya que no trata patologías como la periodontitis, por ejemplo. Es una solución estética.  

 
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