Implante cigomático: la mejor solución para los casos en los que “no hay hueso” maxilar

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implante dental cigomatico

Los implantes dentales cigomáticos reciben este nombre porque se fijan en el hueso malar o cigomático, en vez de en el maxilar. Ofrecen una solución efectiva, rápida y mínimamente invasiva para reponer las piezas dentales en pacientes en los que no es posible realizar el implante en el tejido óseo mandibular superior.  

De acuerdo con los datos de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA), en los últimos años se ha generalizado el tratamiento con implantes dentales. 

Asimismo, y de forma paralela, el desarrollo de los avances y las nuevas tecnologías en el ámbito de la implantología (3D, digitalización de procesos…) ha dado lugar a lo que muchos denominan “implantes de nueva generación”. Ofrecen soluciones a los problemas y/o situaciones que presentan una mayor dificultad, de forma totalmente individualizada y mediante procedimientos mínimamente invasivos.

Dentro de este grupo se sitúan los implantes cigomáticos, que son los que se fijan o sitúan en el hueso cigomático o malar, localizado en la parte superior del rostro. Están indicados en los casos en los que existe algún tipo de problema o alteración en el hueso maxilar (la mandíbula), que es en el que se colocan los implantes de manera convencional.
 

Qué es y cuándo se hace un implante cigomático 

Actualmente, los implantes cigomáticos suponen la mejor solución para aquellos pacientes con pérdida dental (edéntulos) en los que el hueso maxilar no reúne las condiciones para llevar a cabo el implante en su tejido óseo. 

Concretamente, y tal y como se explica desde la Sociedad Española de Implantes (SEI), este tipo de implante está indicado para restaurar las piezas dentales perdidas en situaciones en las que el hueso maxilar está comprometido por razones de diversa índole.

Esta situación se da fundamentalmente en dos circunstancias: cuando el paciente presenta un déficit del hueso alveolar residual o si existe algún tipo de problema o alteración en el maxilar: 

- Déficit de hueso alveolar residual: lo que se conoce como hueso o reborde alveolar residual es la zona que abarca la porción de hueso y los tejidos blandos que la rodean, los cuales “sobreviven” al diente perdido o extraído. Con el paso del tiempo, el espacio que forman estas estructuras se va reabsorbiendo y, como consecuencia, pierde altura y anchura, haciendo muy difícil e incluso inviable la colocación de un implante.

- Alteraciones en el maxilar por distintas causas: 

  • Malformaciones de distinto tipo.
  • Tumores o traumatismos.
  • Implantes previos afectados por enfermedades como la periimplantitis (inflamación que rodea al implante), que llega a deteriorar tanto el tejido dental como el propio implante.
  • Fracaso de implantes convencionales previos debido a otras causas.
  • Fracaso de injertos óseos previos.

Por qué se hace el implante en el hueso cigomático

La elección del hueso cigomático (también denominado malar) como alternativa al hueso maxilar (cuando éste no ofrece las condiciones para acoger el implante) se debe principalmente a la ubicación y las características propicias que ofrece el cigomático:

  • Se trata de un hueso pequeño, corto y compacto, con forma cuadrangular.
  • Se sitúa en la parte superior y lateral de la cara.
  • Abarca la mejilla y una parte de la cavidad ocular.
  • Contribuye a dar forma y estructura al rostro.
  • Está unido a la mandíbula y a los huesos cercanos a las orejas, la frente y el cráneo.
  • En él se fijan los músculos que intervienen en el movimiento mandibular.
  • Ejerce una función protectora sobre los nervios y los vasos sanguíneos de la cara.
  • Es un hueso que ofrece una mayor densidad y es más resistente que el maxilar.
  • Posee unas características óseas óptimas, proporcionando un área de anclaje muy favorable para colocar en ella los implantes.

En qué consiste el procedimiento

De acuerdo con la explicación que hace del procedimiento la Foundation for Oral Rehabilitation (FOR), este es el protocolo general que se sigue actualmente en la intervención para colocar implantes cigomáticos: 

-Diagnóstico y plan de tratamiento. El odontólogo evalúa el estado de la cavidad oral del paciente y, mediante pruebas radiológicas, confirma la inviabilidad de realizar el implante en el hueso maxilar y comprueba el estado del hueso cigomático, antes de determinar que se trata de la opción más adecuada en ese paciente. La tendencia es emplear en este estudio pormenorizado la última tecnología 3D, para así sacar el máximo rendimiento y asegurar la mayor precisión de la intervención.

-“Tornillos” más largos. Al igual que en el resto de los implantes dentales, los que se utilizan en el hueso cigomático están compuestos de titanio o zirconio, dos materiales que son biocompatibles. Esto quiere decir que se unen al hueso, tanto física, como químicamente, sin provocar reacciones adversas. Sin embargo, en este caso, los “tornillos” del implante miden entre 35 y 55 mm y son más largos que los que se emplean en los implantes convencionales, ya que su recorrido o trayectoria, al ser en diagonal, es mayor: van desde la boca, a nivel de los premolares superiores, hasta anclarse en el hueso cigomático.

-Sin hospitalización. La intervención por la que se coloca el implante se lleva a cabo por un implantólogo en una sola sesión. Es una intervención ambulatoria que precisa anestesia local y sedación consciente, aunque en algunos casos se emplea anestesia general.

-Colocación del implante. Lo habitual es colocar uno o dos implantes, aunque esta técnica ofrece la posibilidad de anclar hasta cuatro implantes en una misma intervención. 

El proceso de anclaje se ajusta a la siguiente sucesión de pasos:

  • En primer lugar, se realiza una incisión en la encía superior con el objetivo de delimitar y preparar la zona del hueso cigomático en la que se va a anclar el implante. 
  • Después, se introduce el implante y se fija al hueso, iniciándose el proceso de osteointegración. 
  • Finalmente, se cierra la incisión de la encía con puntos de sutura.



-Prótesis dental. Los avances más recientes en esta técnica permiten colocar, el mismo día de la intervención, una prótesis fija sobre los implantes. En este sentido, la implantología en el hueso cigomático se encuadra dentro de lo que se conoce como “protocolos de carga inmediata”, lo que en la práctica significa que el paciente puede disfrutar de las ventajas estéticas y funcionales derivadas de esta intervención de manera inmediata, sin que en ningún momento se vea “sin dientes”. 
 

Resultados: cerca del 100% de éxito

Según los expertos de la SEI, las cifras de éxito del implante cigomático son muy altas, situándose por encima del 90-98% en la mayoría de los casos, según los datos.

Asimismo, la evidencia demuestra que el proceso de rehabilitación de esta técnica es similar al de la colocación de implantes convencionales. 

El periodo post-intervención es satisfactorio. Los problemas más frecuentes que pueden aparecer suelen ser molestias en la zona, inflamación o aparición de hematomas, que generalmente no resultan incapacitantes y se solucionan en poco tiempo. 

En cuanto a la duración de estos implantes en el tiempo, los estudios prospectivos a largo plazo han demostrado que el 96% de ellos se mantiene a los 12 años de su colocación.

Ventajas y beneficios para el paciente

  • Sin duda, la ventaja más importante de estos implantes respecto a otras alternativas es que evitan la necesidad de tener que recurrir a injertos óseos, que tradicionalmente eran la única opción que tenían estos pacientes. 
  • Asimismo, suponen una alternativa a los implantes convencionales con reconstrucción y/o regeneración.
  • Permiten la rehabilitación de implantes previos realizados hace tiempo o fallidos debido al desarrollo de enfermedades periimplantarias. 
  • A diferencia del maxilar, las características del hueso cigomático hacen que no se vea afectado por las enfermedades periimplantarias
  • Tanto la técnica empleada, como la ubicación del hueso, simplifican mucho el tratamiento.
  • Es un procedimiento rápido y no altera la calidad de vida del paciente.
  • La casi inmediatez con la que es visible el resultado tiene un impacto positivo en la autoestima y el bienestar de la persona que recurre al implante.
     

Qué hay que tener en cuenta

Desde la FOR se indica que la complicación más común asociada a los implantes cigomáticos es la sinusitis. Sin embargo, la innovación en este ámbito se dirige a la colocación del implante en el exterior del seno maxilar (extrasinusal), en vez de la intrasinusal, empleada en la técnica tradicional. Se ha demostrado que con ello se reduce considerablemente la posibilidad de sinusitis.  

Teniendo en cuenta la zona anatómica en la que se sitúan los implantes, se trata de una intervención que requiere una formación específica y un entrenamiento por parte del odontólogo que la realiza. 

La técnica y metodología que se emplea para aplicar este implante está en continua evolución, incorporando innovación y tecnología dirigidas a realizar el proceso de forma guiada digitalmente (mediante sistemas de navegación, por ejemplo).

 


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